viernes, 4 de diciembre de 2015

Extractos de Oblivion



En los momentos de silencio, también pensaba en Dawson, y esos pensamientos siempre daban vueltas entorno a cómo pudo haber sentido algo tan fuerte por una humana, cómo se enamoró de una, sabiendo que era peligroso. No podía entenderlo. Tantas incontables noches en blanco durante las cuales intenté entenderlo. Al final, a Dawson le importó una mi**da el peligro al que exponía a su familia, pero si realmente amaba a esa chica - Bethany - ¿no debería haber permanecido lejos de ella? Los Ancianos o el Gobierno no habrían tolerado que se mezclaran las dos razas, y también estaba el asunto de los Arum.

¿El amor le había convertido en alguien tan egoísta? ¿No se dio cuenta de que estaríamos perdidos si algo le pasara a él?

Las estrellas a las que miraba no tenían las respuestas, y mientras bajaba despacio la mirada, me encontré observando la ventana de la habitación de la casa de al lado, mi nuevo problema. Había una parte de mí que había aceptado que no había nada que pudiera hacer yo para detener el acercamiento entre Dee y ella, pero no podía simplemente no hacer nada.

Eso es exactamente lo que hice cuando Dawson me lo pidió.

Sí, eran dos escenarios totalmente diferentes, pero la similitud del final era grande, por lo que no podía simplemente apartarme. Mantendría un ojo fijo en ella, muy de cerca.






Kat había dejado de murmurar. Ahora me observaba con esos enormes y hermosos ojos. Había desaparecido algo del pánico, pero aún estaba asustada. Su cuerpo temblaba mientras miraba a otro lado y presionando su mejilla sobre el césped, cerró los ojos con fuerza.

¿Qué iba a hacer?

No podía permitir que le dijera al mundo lo que éramos. Sólo había dos opciones en este punto. Me podía hacer cargo de ella, del modo en que Matthew se había ofrecido voluntario. O la convencía de algún modo de que permaneciese callada. No lo había arriesgado todo para salvarla de ese camión infernal para hacerla daño yo ahora.

Despacio, para no asustarla más, puse mi dedo debajo de su barbilla y la obligué a girar la cabeza hacia mí. "Mírame, Kat. Necesitas mirarme ahora mismo"

Ella siguió con los ojos cerrados con fuerza.

Me enderecé, cargando mi peso en las piernas mientras la tomaba de las mejillas. Su piel era suave y demasiado fría. Mis dedos acariciaron la línea de su mandíbula, y vi que mis manos temblaban ligeramente. No sabía si podría hacerla comprender, pero tenía que intentarlo. Tenía que parar la bala que se dirigía directamente a su cabeza

Gracias a Saga Lux Spain

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